miércoles, 19 de marzo de 2014

Día del padre y aborto

El padre es el gran olvidado en el tema del aborto. Aquellos que tanto proclaman el derecho de la mujer a decidir, se olvidan a propósito de que el niño concebido tiene un cincuenta por ciento de los genes de su madre. Así que, aunque esté en el vientre de la mujer, el hombre debería tener también derecho a opinar sobre la vida de su hijo. Eso suponiendo, claro, que fuera un objeto opinable, que no lo es. Porque el niño no es propiedad de nadie, ni de su madre ni de su padre, aunque ambos tienen la obligación moral de cuidarlo y protegerlo desde el momento de su concepción. En eso San José fue un gran ejemplo, ya que ni siquiera era el padre biológico.

Escamotear el papel del padre en la vida de su hijo supone una gran injusticia y, si es él mismo el que no desea involucrarse, entonces será el primer perjudicado por esa ausencia. Pero ante todo, el papel del padre es imprescindible para el crecimiento armónico de la persona, al igual que el de la madre. De manera, que intentar sustituirlo por otra figura es un error que traerá consecuencias nefastas a largo plazo para el individuo. Cuando la falta del padre se produce por razones inevitables ya es una tragedia y los psicólogos conocen bien sus secuelas, pero cuando se debe a que simplemente la mujer ha querido ser madre en solitario, entonces esos problemas tienen un culpable directo.

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo y opino que solo en casos muy, muy , muy extremos, concibo el aborto, como pueden ser casos de violación, deformidad del feto y que la vida de la madre corra peligro, lo demás no tiene sentido, al menos para mí.
    Besos

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  2. Los casos extremos no son ni un uno por cien del total. Un beso.

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