lunes, 17 de marzo de 2014

Lo que de verdad importa, la familia

Existe una campaña generalizada contra la familia y especialmente los niños, auspiciada por organismos internacionales como la Onu. Esto proviene de la famosa teoría de la superpoblación del planeta. La Tierra no tiene escasez de recursos. Sólo están mal repartidos. Así que, por una parte se fomenta la homosexualidad para desvirtuar el matrimonio, por otra se favorecen los divorcios y las relaciones sin compromiso. Además se extiende la idea de que, para que las mujeres puedan mejorar sus condiciones de vida, es imprescindible que trabajen tanto como los hombres.

La conciliación familiar no es posible cuando ambos cónyuges trabajan jornada completa. De modo que la solución más sencilla consiste en reducir el número de hijos. Por otra parte, la cultura hedonista nos incita a consumir más y disfrutar del ocio, cosa que se complica mucho con niños. Sin embargo, los hijos son la mayor fuente de satisfacción que existe y compensan con creces todos los sacrificios. Pero eso es un pensamiento revolucionario que debe ser silenciado a toda costa, porque va contra los intereses económicos que mueven el mundo.

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