sábado, 28 de junio de 2014

Un bebé de veinticuatro semanas de gestación

 
La pequeña Emily Cressey se aferra a la vida: nacida el pasado 27 de febrero, con un tiempo gestacional en el que se permite el aborto en Reino Unido, es una “bendición” para sus padres y sus tres hermanos.
REDACCIÓN HO.- La pequeña Emily, conocida como "el pequeño milagro", nació a las 24 semanas de gestación, con tan solo un kilogramo de peso, el pasado 27 de febrero. Solo un mes después, el 30 de marzo -Día de la Madre en Inglaterra-, pudo recibir el primer abrazo de su mamá, Claire Cressey, de 34 años, que nunca olvidará esa fechaSu hija luchó por sobrevivir todo este tiempo, y se aleja cada vez más del peligro. Su caso despierta conciencias en el Reino Unido, donde es legal abortar a bebés con la misma edad gestacional.
En declaraciones recogidas por el diario británico Daily MirrorClaire expresa su felicidad. La pequeña Emily ya ha recibido su primera lactancia en biberón en brazos de su madre, que se emociona recordando ese instante: «esperé más de un mes para poder sostenerla, y esto es algo que recordaré por el resto de mi vida, fue el momento más hermoso; la mayoría de madres lo dan por sentado, incluso se hartan de hacerlo, pero yo no», declara.
La pequeña era desde el primer instante de su nacimiento un puro testimonio, aferrándose a la vida: primero con respiración ventilada, después con una máquina de presión positiva continua, necesaria para ayudar a que sus diminutos pulmones se desarrollaran hasta que pudieran valerse por sí mismos. Sus padres, Claire y Alan Coultas, y sus hermanos -Caitlin, de ocho años; Millie, de cuatro; y Brooke, de 17 meses- celebraron el coraje de Emily con un pastel.
Claire asegura que al sostener a su bebé, «sus tubos parecieron desvanecerse y el momento se convirtió en real; mirando  a mi bebé alimentarse, me sentí tan bien como  agradecida”. «Acuno a Emily y recuerdo esas primeras pocas semanas cada día; estoy sorprendida de lo lejos que hemos llegado», advierte. «Incluso me he sorprendido a mí misma y me he dado cuenta que he encontrado una nueva fuerza interior que nunca pensé que tenía», subraya.
«Hemos sido verdaderamente bendecidos por Emily», añade. «Verla sostener el biberón fue maravilloso, estoy agradecida por este tiempo, tan precioso: cuando luchas por mantener a tu bebé viva por tanto tiempo, no pasas por alto estos momentos simples. Fue tan emotivo... Nunca he experimentado nada como eso antes», añade, recordando que «Emily se acurrucó en mi pecho y se quedó dormida. Es tan pequeña, que cabe en la palma de la mano».
 «Para mí, ella es perfecta», añade. «A pesar de que Emily es aún muy pequeña, está aquí: es fuerte, está determinada a vivir y es una gran luchadora. ¿Qué más podría pedir? ¡Nada!», concluye.

2 comentarios:

  1. Si es un verdadero milagro, la vida misma lo es pero no siempre agradecemos y todo lo damos por hecho. Saludos

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