Jaime Halsey, aunque parece ser que ya está retirada y no se ha
presentado a los Juegos de Río. Desde aquí le damos una medalla de oro.
Jaime Halsey, saltadora de trampolín olímpica británica que participó en las Olimpiadas de Sydney ha denunciado
recientemente que los médicos la han presionado para que aborte a dos
de los trillizos que espera, argumentando que el aborto es necesario
dado los “potenciales riesgos para la salud” de la madre y de los bebés.
Según los médicos, los trillizos sufren un retaso del crecimiento
intrauterino, estando uno de ellos claramente menos desarrollado que los
otros, por lo que proponen el aborto de dos de ellos.
El matrimonio, de Abington, Northampton, ya tiene una niña de dos
años y están dispuestos a continuar con el embarazo a pesar de las
recomendaciones ‘médicas’. Es triste ver como la medicina se ha
desvirtuado hasta el punto de que los médicos llegan a considerar el
aborto, es decir, el acto de matar a uno de sus pacientes, como un acto
médico. Porque, no lo olvidemos, el bebé no nacido también es un
paciente. Si el embarazo se complica y la vida de la madre y del bebé
están en peligro, es de ambos de los que tiene que ocuparse el médico.
El simple hecho de que un médico se plantee la posibilidad de acabar
con la vida de uno de sus pacientes en un embarazo, nos habla de hasta
donde se extiende hoy la cultura de la muerte. Por otra parte, las
cirugías intrauterinas que, afortunadamente, se realizan hoy cada vez
con más frecuencia, nos demuestran que el feto también es un paciente.
http://providamairena.es/otra-medalla-de-oro-para-deportista-olimpica-se-niega-a-abortar-a-pesar-de-las-presiones-medicas/
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