Desmembración de un bebé durante un aborto / Youtube
El aborto se basa siempre en una mentira. En Estados Unidos al
sentencia que dio visto bueno al aborto y tras la cual se han perpetrado
cientos de miles de ellos se basó en una mentira: Norma McCOrvey afirmó que había sido violada, y que quería deshacerse de su hijo, y años después reconoció que habían orquestado una mentira junto a sus abogadas para conseguir que la Corte aceptara el aborto.
En los centros abortistas muchas veces mienten sobre la edad
gestacional, sobre el estado psicológico de la mujer, sobre el número de
abortos que practican o escondiendo muchos de ellos que no se declaran:
pero sobre todo en los centros abortistas se miente a la mujer. Porque
ocultar la verdad es mentir, y a la mujer se le ocultan muchas cosas
cuando llega a un centro que se dedica al oscuro negocio del aborto
A la mujer no le cuentan lo que es un aborto, ni cómo se le va a practicar, ni los efectos que puede provocar en ella
Nadie le cuenta lo que es un aborto y cómo se le va a practicar, ni
los efectos que este puede provocar en ella. Tampoco le informan de
todas esas otras opciones que puede elegir ni de la cantidad de ayudas
que otros le pueden ofrecer. No les interesan porque el negocio pierde, y
a ellos lo único que les importa es eso, el dinero.
Pero sobre todo le ocultan todo aquello que huela a vida. Se
aseguran de que no vean a su hijo moviéndose, evitan utilizar términos
como madre, hijo, vida, etc. Y sobre todo evitan a toda costa que las
madres sepan que allí, entre esas paredes frías y el silencio de los
verdugos, el corazón de su hijo dejará de latir.
La Ambulancia Vida en las inmediaciones del abortorio Dator
El proyecto Ambulancia Vida quiere mostrarle a las mujeres la verdad.
No sólo la verdad del aborto, que también, sino la verdad de lo que
lleva dentro: que hay un corazón que late, el de de hijo, y que si
nadie se lo impide seguirá latiendo por mucho tiempo junto a ella.
Sin presiones, sin hostilidades, sin culpabilizar ni juzgar a la
mujer, este proyecto quiere ser una luz de esperanza en medio de la
oscuridad en la que se encuentra antes de abortar. Gracias a todos los
que lo habéis hecho posible.
Fuente: Actuall
http://www.parejasreales.net/2016/10/20/lo-que-ellos-no-quieren-que-veas-el-aborto-por-dentro/
Abortista arrepentido: “Le arranqué las piernas mientras vivía. El mundo entero se me vino abajo”
Un
médico norteamericano, que prefiere guardar el anonimato, ha relatado
como pasó de practicar abortos por dinero a dejar su trabajo en un
abortorio. Ha pedido ayuda a la organización de la ex directora de
Planned Parenthood y ahora activista provida, Abby Johnson
“La gente me pregunta por qué decidí como médico empezar a practicar abortos. Siendo honesto, diré que fue por dinero.
No tenía que estar en un hospital haciendo guardias, ni atendiendo emergencias, ni pasar días enteros sin dormir. Mi trabajo en el abortorio era sencillo, automático, no tenía que pensar. Llegaba, trabajaba unas cuantas horas y me volvía a casa con un cheque con varios ceros”.
Así comienza la carta de un hombre que, arrepentido, puede volver a llamarse médico con todas las letras, después de haber ayudado al asesinato de miles de bebés.
El médico todavía no está preparado para revelar su nombre, por lo
que ha pedido ayuda a Abby Johnson, la exdirectora de un centro de la
internacional abortista Planned Parenthood, quien creó la organización “And Then There Were None” (Y entonces, no quedó ninguno) para ayudar psicológicamente a médicos y personal sanitario y administrativo arrepentido de haber trabajado en abortorios.
El exabortista, ha afirmado a través de esta organización, que pensaba realmente que estaba ayudando a las mujeres que acudían a su negocio a abortar. Sin embargo, un domingo acudió a la iglesia con unos familiares y fue entonces cuando sintió vergüenza de su oficio.
“Después de la iglesia, un familiar me llevó a comer y confrontó mi
trabajo en el abortorio. Me sentí muy incómodo, pero ni siquiera me
enfadé. En verdad me gustó la valentía con la que trató el tema del aborto“, afirma el doctor.
“Me di cuenta que había llevado la vergüenza a mi familia”
Durante esa charla de sobremesa, el abortista se conmovió. “Me di cuenta que había llevado la vergüenza a mi familia, les podía comprar todo lo que quisieran, pero había algo que no podía comprar, mi honestidad como médico“.
Después de ese día, el médico se replanteó su trabajo en el
abortorio, pero como estaba ligado a un contrato en exclusividad, tenía
que esperar para poder irse. Al día siguiente, practicó el último aborto de su vida, el cual le cambió para siempre.
“Vi como su pecho todavía se movía de arriba abajo. La vida que estaba matando seguía viva”
“Atendí a una mujer que estaba entre la semana 16-17 de embarazo y se
negaba a tener a su bebé, una niña. En mi establecimiento hacíamos
siempre abortos de dilatación y extracción, en los que utilizamos un
forceps para extraer al bebé por partes -explica el médico-. En este
aborto, extraje primero las piernas de la niña y cuando seguí tirando, el bebé salió con el torso, los brazos y la cabeza todavía unidos, no me dio tiempo a reaccionar, fue todo muy rápido”.
“Dejé a la niña en la bandeja de eliminación y entonces vi como su pecho todavía se movía de arriba abajo. La vida que estaba matando seguía viva, aunque fuera solo por unos segundos”, relata el médico.
Y añade: “Allí estaba yo, sosteniendo a esta pequeña niña y entonces
el mundo entero se me vino abajo. Ella seguía viva, y yo le había
arrancado las piernas mientras seguía viva. Sé que ella lo sintió, lo sé
porque la anestesia es solo para la madre. Yo era la primera persona que vería y también la última. En ese momento agradecí que no pudiera abrir los ojos para verme…“.
“Se que no estoy solo, la comunidad provida me ha acogido, no me han juzgado y me están ayudando a sanar”
Después de esta experiencia, el médico no volvió nunca al
establecimiento abortista y ha cambiado su modo de vida por completo. A
nivel personal, ha agradecido la ayuda de la organización de Abby
Johnson para poder curar las heridas del pasado.
“Estoy empezando un nuevo camino, todavía tengo que trabajar muchas
cosas, pensamientos que tengo que eliminar y creencias que tengo que
asimilar, pero se que no estoy solo. La comunidad provida me ha acogido, no me han juzgado, sino que me están ayudando a sanar”.
La última clínica dedicada al aborto en la ciudad de Jackson, Mississippi (EE UU) ha cerrado. A la empresa que manejaba la clínica, Women’s Health Organization, le han quitado la licencia
por no cumplir con los requisitos mínimos exigidos por la ley. Dicha
ley obliga al personal que realiza los abortos a estar reconocidos como
ginecólogos u obstetras activos en el estado.
Missisippi se convierte así en el primer estado donde no hay ningún abortorio operativo.
Al no haber médicos abortistas disponibles, ni hospitales que los
acrediten como tales, la última empresa del estado está cerrada.
Una
batalla ganada en la guerra contra la cultura de la muerte. Después de
muchos años encontramos un Estado donde no existe esa modalidad de pena
de muerte que es el aborto. Gracias, en buena medida, al papel jugado por el gobernador.
Prohíben el aborto por desmembramiento
El gobernador de Mississippi, Phil Bryant, prometió durante su campaña acabar con el aborto, y parece que lo está consiguiendo. Tras el cierre de esta clínica, ha seguido adelante con sus proyectos para acabar o limitar el aborto.
Bryant, ha aprobado la ley que prohibirá la realización de abortos por el sistema Dilatación y Evacuación (D&E). La única excepción será en el caso en que el embarazo suponga un “daño físico irreversible” para la madre, tal y como recogen en Live Action News. Leyes similares han sido bloqueadas en Kansas y Oklahoma.Este sistema se produce entre las semanas decimotercera y vigesimocuarta del embarazo y también se le conoce como el “aborto por desmembramiento”.
Este aborto es un proceso brutal, y se le llama así porque es lo que le
hacen al bebé que se encuentra en el interior del vientre de su madre.
Este método fue explicado por el antiguo abortista Anthony Levatino, tal y como recogimos en Actuall.
“Se prohibirá extraer un feto vivo desmembrándolo en pedazos”, señala taxativamente la ley aprobada por Bryant
Los términos de la ley son taxativos: “Se prohibirá extraer un feto vivo desmembrándolo en pedazos utilizando instrumentos como pinzas y fórceps”. Planned Parenthood, la multinacional abortista que trafica con restos de fetos, no ha tardado en expresar sus protestas.
El vicepresidente ejecutivo, Dawn Laguens, ha comentado que la ley “no
se basa en la medicina”. “El gobernador Bryant acaba de firmar un ataque
a la atención y a la salud de las mujeres como parte de un plan para
prohibir el aborto. Planned Parenthood seguirá luchando para proteger el
derecho de nuestras pacientes”, afirma.
Una joven madre soltera británica se
suicidó casi un mes después de someterse a un aborto, “perseguida” por
la decisión que tomó, según informa la prensa local.
Jade Rees, de 21 años, tenía un hijo de
dos años, producto de una relación anterior. Comenzó un nuevo noviazgo a
inicios de 2015 y quedó embarazada. Sin embargo, su novio
terminó la relación y ella, sola y sumida en la depresión, se sometió a
un aborto en octubre del año pasado.
Alrededor de tres semanas después, el 3 de
noviembre, la joven se suicidó ahorcándose en su habitación. En su
teléfono celular sonaba la canción “Small bump” (“pequeño bulto”) de Ed Sheeran, que relata un caso de un aborto espontáneo.
En la canción de Sheeran se escuchan frases como “porque
eras solo un pequeño bulto durante cuatro meses, luego arrancado de la
vida. Quizás te necesitaban allá arriba pero nosotros aún no sabemos por
qué”.
Según el diario británico The Daily Mail,
tras el aborto Jade quedó “molesta y angustiada”. En una carta dirigida
a sus padres y a su pequeño hijo, Jade explicó el sufrimiento que
afrontaba tras someterse al aborto.